reproches

Hoy el amanecer se pinto de blanco,
entre las sábanas de mi mente
y los sueños del pasado.

Me revuelco hacia el filo de tus manos,
me erizo al volver la vista atrás,
y me convierto en un ser amargo.

La dulzura es una metáfora,
es un mito un tanto urbano,
es el sentido errada con que te veo.

Pero la mañana no me deja verte,
las palabras se ahogan en el silencio
y la ausencia se presenta en nuestro circo.

Ahuyentas a los lobos nocturnos,
a los caballos brillantes,
y a mi alma ingenua.

¡Mira como reflejas mis temores!
¡Entiende que soy herida...!
¡Tratame como una princesa!

Eres un mago de efecto parpadeante,
un ilusionaste sin manos,
el malabarista de la cuerda más alta.

Me gusta tu función,
me enoja las pausas que causas...
absurdas pero relajantes.

Agrio,
tu actitud es aspera y agria,
y el regreso es lo más adictivo.

Escribo temblorosos toques,
con la ilusión de que me puedas sentir,
de que puedas escucharme.

laranka
26/06/11