lunes, 15 de julio de 2013

Llegar...


¿Cómo llegan las letras?
A través de mensajeros congelados en sistemas inhumanos,
o tal vez, mediante la ausencia de espíritu de un texto.

¿Por qué llegan las letras?
Así como un deseo enviado a la fuente del parque central,
las razones se ahogan en el silencio de la distancia.

¿Hacia dónde llegan las letras?
Mientras tu transparente presencia continúe en mi vida,
no vamos en ningún camino, peor dados la mano.

¿Cuándo llegan las letras?
Mediante tus formas de decirme una verdad inaudita,
inútiles acciones de ojos vacíos, prefiero que me dejes vivir.

Y si yo llegué a leer tus palabras,
no llegué a sentir mi corazón palpitar por tu anhelo,
ni llegamos a un arreglo.

Simplemente no llegamos a nada, 
nada más que continuar el adiós.

laranka
15/07/13

viernes, 12 de julio de 2013

El frentero


Y no me vengas a colocar excusas donde solo hay lugar para la verdad,
no soy capaz de prender fuego en tus manos
pero puedo partir las venas de adentro hacia fuera.

No tires mi agonía por debajo de la mesa de cristal,
que si la miro de nuevo me va a ahogar
y ya no veré mis pies transparentes.

Dime una palabra a la vez, sin escoger las que lastiman,
ya no hay más capacidad para resistir sin estirar,
así que mejor corta por la mitad este hilo de mentira.

Ven, mírame a los ojos fijamente e intenta cantar,
solo busca el frente de batalla y el frente del bosque,
decapitado, inseguro y temeroso.

No trates de manejar mis manos expresivas,
procura no convertirte en el disparo de violencia,
en las razones para volverme pirómana, amigo.

Evita enredarte en mis hilos mentales acostumbrados a ausencias,
porque la guerra inminente se te avecina,
simple, ya no quiero falsos recuerdos.

Y si te molesta que sea el frentero de la noche,
imagina como puedo volverme en el navegante de tus reproches,
el agente discreto para torturar tu lado noble y caballero.

No intentes nuevamente en hablarme como si fueses elegante,
prefiero que sueltes los perros sinceros
y yo me envuelva en las caricias de seres disfrazados de animales.

laranka
12/07/13


Mi acicalada bestialidad


Sentada, entre seres que ni siquiera supe que existían,
ahí, quieta y sin esforzarme en entender las razones.
Sentada, con melodías y fotografías en la pared,
ahí, sin la necesidad de explicarme como llegué.

Esa sensación de encontrarte dentro del armario,
no del que te lleva a Narnia...
el que te jala hacia la conciencia de tus actos,
hacia la perdición de tu mente en la realidad.

Huir del lugar, tal vez era una opción,
pero más opción, permanecer y no vomitar.
Sigo sentada, pidiendo ayuda, un exilio,
rebuscando la manera de no tropezar.

Tal vez, tal vez, tal vez,
tal vez debería balbucear otra frase.
La constancia no me deja hablar,
romper paredes, la mesa y ese estúpido sillón.

La hora terminó con el delgado humo,
no perdí el control, la elegancia me dominó.
Mi bestialidad estuvo acicalada y moderada,
tan dulce y temible como la disputa de mis yo.

laranka
12/07/13