martes, 23 de agosto de 2011

Noche NEGRA


Siento mis manos temblar,
a mi corazón trizarse
y la ausencia de lo que se ha ido.

Apropiarme del respiro de un ajeno,
del extraño de la sonrisa,
de los ojos pequeños.

Ahora estoy muerta,
rota en pedazos contra la cama
y con las lágrimas enclaustradas.

Prefiero borrar mis recuerdos,
incluido mis sonrisas y tus momentos,
prefiero romper mi cabeza en la pared.

Mis ojos no calculan la distancia,
caminar sin destino...
es como respirar sin el cielo.

Las palabras llegan sin tus labios,
la verdad se transfiere con las ovejas
y ese lobo se alimenta de mi tristeza.

Huir, no significaría ahogarse,
sería la esperanza para irme de tí,
para dejar de soñar en un retorno.

Aún tengo más dudas que penas,
pero que difícil es despedirse,
de quien nunca te dió su tiempo.

Hoy, en medio del silencio,
esta noche se vuelve negra
y mi llanto sollozante vuelve.

No niego mi dolor,
tampoco niego la ira,
negaré el momento que me mires otra vez.

Y si te encuentro en la fría calle,
me aseguraré de acabar con tu presencia
y el recuerdo de este vacío corazón.

laranka
23/08/11

martes, 9 de agosto de 2011

TEMBLANDO


Me dejas deshojada en el rincón del lugar,
envuelta en incertidumbre
y adormitada de temor.

Te escurres como una salamandra,
como los lobos en medio del oscuro bosque,
como la arena entre los pies húmedos.

Todavía desconoces mis motivaciones,
la atención inesperada
y los latidos intensos.

Encubres la verdad inquietante,
te escondes detrás de tus manos lastimadas,
respondes con acertijos descoloridos.

En primera instancia,
la fortaleza debilita la sutileza femenina,
pero en el fondo mi alma tiembla.

Tu juego a las escondidas,
esa estrategia de dureza
y mi pendeja insistencia.

Las líneas continúan avanzando,
fantasmas entrelazados a la realidad,
significados asfixiados por la bondad.

No hace falta que te descubra,
la maldita relaidad es cruel,
ella actúa a doble cara y sin piel.

Silencio absorto...
Segundos cortantes...
Respiro profundo...

Aún no llego hasta la suavidad de tu alma,
ese trecho cada vez más escabroso,
que lucha por no dejarse descubrir.

Estoy temblando,
mi cuerpo se apoya en el cielo
y mi esperanza empieza a sufrir.

Perder es mi constante,
pero entregar mi batalla al destino
es la traición a la devoción.

Quiero entrar a tus sueños,
dibujar en tu pecho una sonrisa con besos,
y abrazar la incertidumbre.

Ya no quiero seguir,
me asusta que te puedas ir sin mí,
que tu espíritu se pueda partir.

Quemo mis labios con mis dientes,
la vida debe continuar
y solo soy un estorbo en medio del silencio.

Ahora el miedo cobra una presa fácil,
mi corazón...
ya no puedo escribir, me debo ir.

laranka
05/08/11