He llegado a pensar que puedo transmutar en una estrella,
recorrer la vía láctea
y llegar hasta la galaxia en donde tu piel se funde con el sol.
A través de minutos sangrientos no he dejado de temblar,
envuelta en mis ideas de perder el deseo,
las ansias de volverme el cuerpo que tu quisieras.
Con la muerte de compañera,
ahogo tu ausencia cada noche de frío
y cada día que se agita en medio del apuro.
Los relojes brincan entre los arbustos del campo,
en medio de la torrente de ánimos,
mientras que mi corazón palpita sediento de energía.
Cómo me estaciono quieta e imbatible?
cómo me convierto en una muñeca de seda?
cómo me exalto sin el miedo de olvidarme?
Instantes de asfixia, de angustia, de tristeza;
largas sonrisas en medio de tus cariños ajenos,
y mis oídos respetan los latidos de tu ser.
Me he transformado en aquella que espera,
en la que baila mientras el atardecer quema la noche,
entre mi nombre y la oscuridad.
No voy a negar que me gusta ir por tu camino,
encontrar cada fuente, calmar la sed
y acurrucarme en los sueños compartidos.
En una pradera repleta de flores, recuerdos y retos,
aquí, sin más que pedir,
espero tu corazón.
laranka
17/05/12
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