domingo, 15 de septiembre de 2013

The kill


Normalmente, atada a signos efímeros de noches inexistentes,
me permito perder la noción del tiempo,
dejar y caer el reloj de mis pensamientos.

Tranquilamente, anudo uno tras otro los abrazos impropios,
experimentos de piel inmunda y terca,
ácido temible disperso en la atmósfera.

Comúnmente, me permito amarrar el silencio al ancla del olvido,
en intentos de deshumanizar la expresión corporal,
paisajes en blanco y negro con censura y restricción.

Obviamente, las fuerzas se han perdido entre los nudos,
acciones de estricto dolor infringido,
donde perder la calma significa ganar la batalla.

Aparentemente, se presentan dos entes sedientos, oscuros,
romper la barrera del movimiento y desperdiciar la sed,
sitios, donde los árboles no siembran sus raíces.

Asesinos, victimas. Criminal, inocente. Protagonista, antagonista.
papeles que se voltean, que copian cualidades,
actuaciones superficiales de la muerte más allá de la denuncia.

Prepara, rompe y grita. Susurra, delata y corre.
Rodeada de cadáveres frescos, lúcidas manos ensangrentadas
auxilian el alma que pierde la pena.

Abre tus ojos, inmersa en la mente perversa de un sueño castigador,
verdugo de deseos y hambre inoportuna,
respira... ya es de día.

laranka
15/09/13

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